Algunas personas sienten cambios en su sentido del humor durante el invierno.

Este estado de ánimo, puede ser una pequeña molestia para algunos, pero para otros es un problema real que les produce una sensación de fatiga e incluso depresión, excluyéndoles de todo tipo de evento social. Estos son todos los síntomas del Trastorno Afectivo Estacional.

 

Millones de personas sufren este trastorno, especialmente las que viven en algunas partes del mundo con inviernos largos y fríos. Entre el 1% y el 2% de la población se ve afectada por este problema, que puede ser de origen genético y afecta más a las mujeres que a los hombres y más a los jóvenes que a los adultos de mediana edad o ancianos.

La buena noticia es que es tratable. 


La luz natural, alimentos ricos en nutrientes y suplementos de vitamina D como terapia.

La luz natural es la mejor solución. Caminar durante el día es una gran manera de aprovechar la luz para mejorar el estado de ánimo y permanecer activo, incluso durante los días de invierno.
La serotonina, un neurotransmisor, se encuentra en cantidades menores en las personas que sufren de Trastorno Afectivo Estacional.

Un artículo publicado en The FASEB Journal[1] explica cómo los ácidos grasos omega-3 y la vitamina D estimulan la síntesis y la acción de la serotonina, mejorando la función del cerebro. Trata de comer pescado y mariscos, que tienen grandes cantidades de ácidos grasos omega-3. La linaza es también una excelente fuente de estos ácidos grasos.

Un estudio en el Journal of Nutrition[2] encontró que la vitamina D también es un tratamiento efectivo para el TAE. Ésta se produce en el cuerpo cuando los rayos ultravioleta B son absorbidos por la piel. Cuando recibimos menos luz solar, la cantidad de exposición a los rayos UVB también disminuye, lo que lleva a una caída en los niveles de esta vitamina.

Este trastorno se identifica en casi todas las partes del mundo, incluso en las más soleadas. Cuando la temperatura baja, aumenta el letargo, y es esencial permanecer activos para contrarrestarlo.


La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser una solución a largo plazo.

La Dra. Kelly Rohan, profesora de psicología en la Universidad de Vermont, señala en su estudio[3] que la terapia cognitivo-conductual presenta resultados muy interesantes en el tratamiento del TAE. Esta terapia consiste en trabajar con un terapeuta para crear cambios cognitivos – relacionados con el pensamiento – y comportamentales en la vida diaria.

Ten en cuenta también la práctica de pensamientos positivos. Trata de incluir actividades saludables en tu rutina diaria. Elige los que te traen más alegría:

• Pintar o leer poesía.
• Escuchar música y cantar.
• Llevar a tu perro a dar un paseo.
• Cocinar una nueva receta.
• Hacer una visita sorpresa a un ser querido.
• Ser amable con alguien todos los días.


El ejercicio puede ayudar a mantener lejos la depresión.

La actividad física durante el día te ayudará a mejorar tu estado de ánimo y a promover una sensación de bienestar. Encuentra la forma de mantener la actividad incluso en los días fríos de invierno. Para empezar, dedica 30 minutos de tu día para hacer algo de ejercicio. Estos son algunos ejemplos que se pueden hacer fácilmente:

• Caminar durante 30 minutos durante la hora de la comida.
• Jugar con tus hijos (si es posible fuera de casa).
• Hacer las tareas del hogar – la limpieza de la casa, pasar la aspiradora, lavar y planchar.
• Nadar si tienes acceso a una piscina cubierta.

 

Siguiendo estos consejos no tendrás que esperar a que pase el invierno para empezar a sentirte mejor. Sin embargo, consulta a un psicólogo si los síntomas de la depresión persisten.

 

[1] Rhonda P. Patrick, Bruce N. Ames. “Vitamin D and the omega-3 fatty acids control serotonin synthesis and action, part 2: relevance for ADHD, bipolar disorder, schizophrenia, and impulsive behavior”, The FASEB Journal, 2015.

[2] Gloth FM 3rd1, Alam W, Hollis B. “Vitamin D vs broad spectrum phototherapy in the treatment of seasonal affective disorder”, 1999.

[3] Kelly J. Rohan, Jonah Meyerhoff, Sheau-Yan Ho, Maggie Evans, Teodor T. Postolache, Pamela M. Vacek. “Outcomes One and Two Winters Following Cognitive-Behavioral Therapy or Light Therapy for Seasonal Affective Disorder”, 2015.