La principal labor de un seguro de vida es garantizar el pago de una indemnización a la persona o personas que el tomador del seguro de vida designe, si este fallece. Sin embargo, pese a que el objetivo principal de un seguro de vida es cubrir el fallecimiento de una persona, no todas las causas de fallecimiento tienen por qué estar incluidas en el contrato del seguro de vida.

Y es que los seguros de vida pueden establecer determinadas exclusiones.

 

¿Qué son las exclusiones en los contratos de un seguro de vida?

Al igual que la aseguradora detalla las coberturas o riesgos que están incluidos, en el contrato de un seguro de vida se establecen también unas cláusulas que indican aquello que el seguro de vida no cubre, es decir los riesgos que la compañía no asume y que, por tanto, si ocurrieran, la aseguradora no tendría que indemnizar.

Esto, que es muy sencillo de entender cuando se trata por ejemplo de un seguro de salud, donde las compañías dejan claro en los contratos qué tipos de tratamientos están incluidos en el seguro y cuáles no, puede ser algo más difícil de entender en el caso de los seguros de vida. Si se trata de seguros para protegerse frente al fallecimiento ¿por qué puede haber causas que no estén contempladas?

La respuesta es sencilla. Cuando una aseguradora firma un contrato de un seguro de vida, asume un riesgo. Sin embargo, pueden existir algunas posibles causas de fallecimiento que supongan asumir un riesgo muy alto para la aseguradora. En estos casos, cada compañía tiene dos opciones: o aumentar el precio de la prima del seguro de vida o excluir esas causas de las coberturas del seguro de vida.

 

¿Qué tipos de exclusiones podemos encontrar en los contratos de un seguro de vida?

Como decíamos antes, cada compañía puede escoger qué tipo de coberturas incluye su seguro de vida y qué riesgos no asume. Sin embargo, entre las exclusiones se suelen encontrar algunos supuestos de fallecimiento que habitualmente suelen no estar cubiertos por las aseguradoras.

Entre estos encontramos, por ejemplo, el fallecimiento por suicidio (durante el primer año de contrato) o el fallecimiento del asegurado a manos del beneficiario, ya que en ambos casos se podría considerar el cobro del seguro de vida como una motivación.

También se suelen excluir de los contratos de los seguros de vida el fallecimiento por imprudencia temeraria, actos delictivos o consumo excesivo de drogas o alcohol.

Algunos seguros incluyen además algunas exclusiones relacionadas con la salud del asegurado como son el fallecimiento por un problema de salud previo a la contratación del seguro o el fallecimiento por infarto o derrame.

Las profesiones de riesgo o los deportes de élite pueden quedar también fuera de las coberturas de los seguros de vida, así como el fallecimiento por fenómenos atmosféricos como terremotos, inundaciones, etc.

 

Por eso te recomendamos que antes de contratar un seguro de vida, consultes detalladamente las condiciones para tener claro en todo momento qué cubre y qué no cubre tu seguro de vida.

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