La decisión de contratar o no un seguro de vida, depende de cada uno, por supuesto, y de sus circunstancias. Sin embargo, en ocasiones, las razones para no hacerlo se apoyan en el desconocimiento sobre cómo funcionan estos instrumentos de prevención y protección o, incluso, en falsas creencias sobre los seguros de vida. Vamos a repasar algunoas de los mitos más frecuentes:

El precio de un seguro de vida

En la actualidad y en general, en relación a todos los seguros de vida, existe una gran variedad de precios y posibilidades a la hora de contratar. Las entidades ajustan sus productos a las necesidades aseguradoras de cada cual, según las coberturas que contrates. E, incluso, las condiciones pueden irse ajustando a lo largo del tiempo: puedes buscar una póliza que se ajuste a tus necesidades del presente y modificarla en el futuro si cambian tus circunstancias.

En concreto y en cuanto al seguro de Vida-Riesgo, el precio dependerá básicamente de tu edad y de la indemnización que quieras recibir en el caso de que ocurra algo (lo que se llama capital asegurado). Pero este tipo de seguros de vida, además de ser de carácter previsor, pueden ser también un instrumento de ahorro ya que, según la modalidad, algunos de ellos permiten la posibilidad de rescate en un momento determinado de necesidad financiera, lo que lo convierte en un producto de ahorro muy interesante.

Aún soy joven, no me hace falta un seguro de vida

Se suele pensar que este tipo de seguros son productos sólo para personas de la tercera edad, pero esto no es así. Si hablamos de seguros que protegen ante situaciones terribles, como la invalidez o un fallecimiento, lamentamos decirte que por ser joven no estás automáticamente protegido ante un accidente o una enfermedad grave: le puede pasar a cualquiera. Por ello, estos seguros de vida brindan protección para afrontar este tipo de circunstancias fortuitas con mayor tranquilidad y suponen un respaldo para la persona que los contrata y sus seres queridos.

Pero, además de este tipo de seguros de vida existen otros que sirven para facilitar la rentabilidad y el ahorro. Ya sabemos que nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar para el futuro.

El seguro de vida es sólo para cuando lo necesitas

Aquí estamos ante la pescadilla que se muerde la cola: es verdad, va bien tener un seguro justo cuando te ocurre un imprevisto, pero, claro, es necesario tenerlo previamente contratado; no sirve de nada contratar un seguro de vida después de que ocurra algo. Por eso los seguros pueden ayudarnos a sentirnos protegidos en todo momento.

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