Ya te lo decíamos hace un par de meses: sabemos que la decisión final de contratar o no un Seguro de Vida depende sólo de uno mismo. Sin embargo, hay veces en que los motivos para decidir no son los más adecuados, ya que se basan en creencias erróneas o en el desconocimiento que tenemos sobre cómo actúa y funciona el sector asegurador. Por si acaso, vamos a repasar -y a desmentir- algunos de los mitos más frecuentes:
Cuando le toca pagar, el seguro no cumple nunca -o casi-
Uno de los argumentos habituales entre las personas que deciden no contratar un seguro de vida es que nunca te cubren cuando lo necesitas. Evidentemente, esto no es cierto, sólo hace falta consultar las cifras. En el caso del seguro de Vida español, en 2018 contaba con casi 20,5 millones de asegurados en su variante de fallecimiento. Pues bien, durante cada día de ese mismo año, las aseguradoras españolas pagaron 145.548 euros por indemnizaciones ligadas a estos seguros, según información facilitada por Unespa, la patronal que reúne a las entidades aseguradoras del país. Y ello, sin contar las variantes de ahorro de este tipo de seguros.
Pero, entonces, ¿de dónde viene esta percepción de incumplimiento por parte de las aseguradoras? Pues, en muchos casos, procede del desconocimiento de las condiciones exactas que establece nuestro seguro de vida a la hora de contratarlo. Es decir, pensamos que nuestro seguro de vida contempla cosas que, en realidad, no están incluidas. Las compañías están obligadas, por ley, a prestar un servicio que se ajuste al contrato pactado por lo que, antes de firmarlo, es necesario que revisemos muy bien las condiciones que cubre nuestra póliza y cuáles se quedan fuera. Si, además, contamos con el asesoramiento experto de nuestra compañía de confianza, tendremos aún más garantías de que estamos protegidos correctamente y no habrá problema a la hora de recibir el pago de la indemnización llegado el caso.
Las aseguradoras son todas iguales
Muchas personas piensan que todas las compañías de seguros de vida son y actúan de la misma manera. Pero en realidad existen grandes diferencias entre ellas: de volumen, de especialización, de visión de negocio, de forma de trabajar, de tipos de seguros, en cuanto a los servicios que ofrecen y cómo los llevan a cabo... Cada una tiene su forma de trabajar y puede haber gran disparidad en conceptos como la profesionalidad y rapidez a la hora de actuar, así como las prioridades que establecen a la hora de atender a sus asegurados. Por ello, puede ser arriesgado fiarnos de malas experiencias de otras personas en situaciones que no tienen nada que ver con las nuestras. Cada compañía tiene una oferta de seguros de vida diferente y, cada vez más, tienden a personalizar los servicios según las necesidades de sus clientes.
¡Y también todos los seguros de vida son más de lo mismo!
Que dos seguros de vida, de dos compañías diferentes, tengan un nombre comercial parecido o casi igual no quiere decir que presten e incluyan el mismo tipo de servicios. Este es un error muy frecuente y que genera mucho descontento entre los usuarios de seguros de vida. Y el motivo suele ser, de nuevo, el desconocimiento.
Esta situación se puede explicar muy fácil con el ejemplo de los seguros de Autos, aunque es aplicable para casi cualquier tipo de seguro, incluyendo los de Vida.
Por ejemplo, yo tengo contratado para mi coche un seguro ‘A todo riesgo’ con mi aseguradora de siempre, la compañía ‘M’. Pero resulta que he recibido una oferta de la compañía ‘X’, en la que me ofrece el mismo seguro –o eso dicen- ¡por menos de la mitad del precio!
Pero, a la primera avería, compruebo que, a pesar de llamarse igual, los seguros no tienen nada que ver el uno con el otro. Con el segundo, más barato, he tardado casi dos horas en que la persona que me ha atendido por teléfono ponga en marcha la asistencia. Además, no tengo derecho a coche de sustitución, no me cubre averías en el extranjero y tengo que llevar mi coche a reparar al taller que elija la compañía, no al que yo prefiero.
Por este tipo de cuestiones es clave informarse bien de las condiciones del contrato y dejarse asesorar por expertos, para que el seguro de vida no sólo nos ofrezca el precio más competitivo posible, sino que también cumpla con nuestras necesidades y expectativas.
