Aunque hay perfiles y motivaciones para todos los gustos, un estudio de la patronal aseguradora española, Unespa, ha puesto de manifiesto cuáles son las circunstancias mayoritarias a la hora de contratar un seguro de vida.

No quiere decir esto que si uno no se ajusta a estas condiciones este tipo de seguros de vida no sea adecuado para él, ni mucho menos. Como ya se ha explicado en otras ocasiones, la oferta de seguros de vida para ahorrar o para protegernos ante el riesgo de fallecimiento e invalidez es tan amplia que puede ajustarse a necesidades muy muy diferentes. Sin embargo, y tal y como pone de manifiesto este estudio, hay tipos de personas que son mucho más conscientes de las ventajas de estos seguros de vida. Veamos cuáles son.

 

Sobre todo, hombres

Aunque la igualdad cada vez se extiende a más ámbitos, la contratación de productos financieros, como los seguros de vida, ha sido tradicionalmente ‘cosa de hombres’. Esto continúa siendo así, pero cada vez menos. Según los datos de Unespa, de las personas que contrataron un seguro de vida en 2018, un 56% eran hombres. Pero hace 10 años, el porcentaje era de un 60% así que sí puede detectarse una evolución positiva a favor de las féminas. En el caso de productos aseguradores de ahorro, los varones contratan 1,2 más veces que las mujeres.

 

Casados, preferiblemente; solteros, creciendo

Parece lógico pensar que llevar una vida en pareja, así como la maternidad o paternidad son circunstancias que empujan a las personas a contratar seguros de vida, sobre todo en la modalidad de riesgo. Sin embargo, aunque es cierto que los casados suscriben en mayor porcentaje estas protecciones, no sacan una ventaja excesiva a los solteros que, además, según los datos de evolución, han ido aumentando. Y si sumamos solteros a otros tipos de estado civil, juntos superan largamente a los casados en cuanto a contratación. Así, un 43,6% de los seguros de vida fueron suscritos por casados, un 37,1% por solteros y el 19,3% restante, por personas en otros estados.

 

Entre 35 y 44 años, y más

Las personas que se encontraban entre los 35 y los 44 años en el momento de la contratación suponen casi una tercera parte de los clientes de estos seguros de vida. Si unimos la franja siguiente, de 45 a 54 años, ya tendríamos la mitad del total de los seguros de vida contratados. De todas formas, el rango inmediatamente inferior al primero, el de 25 a 34 años, es especialmente destacado, también. El total de estas edades, de los 25 a los 54, suele coincidir con tener menores al cargo, por lo que podría vincularse con intentar garantizar el futuro de estos hijos pequeños si algo le pasara al progenitor.

 

Empleado por cuenta ajena y titulado

Casi el 60% de los clientes del seguro de vida eran empleados por cuenta ajena. Y la proporción es especialmente destacada en el caso de profesionales titulados. Hace 15 años este colectivo no sobresalía especialmente por una alta contratación pero han pasado de suponer casi un 13% a un 37%. En el lado contrario en cuanto a evolución hay que mencionar a autónomos y comerciantes que, en los últimos 15 años, han pasado de ser más de un 22% de los clientes de vida a un exiguo 4%.