Muchas veces oímos hablar de personas que se 'automedican', y generalmente, este es un término que se usa con connotaciones negativas. Se entiende así porque muchas personas eligen los medicamentos que creen que son los más adecuados, pero en realidad, no tienen por qué serlo.

La idea de la automedicación, incluso cuando se trata de problemas de salud más “leves”, puede provocar grandes complicaciones. La gente tiende a tomar medicamentos sin pensar en las consecuencias y no se da cuenta de que optar por la automedicación puede hacernos propensos a sufrir alergias e incluso a la adicción.

Aunque pensemos que tomar un medicamento cuando sufrimos un dolor puede ser un alivio instantáneo, en realidad, de lo que no nos damos cuenta es de que no está libre de efectos secundarios. A veces, un paciente puede estar bajo medicación prescrita por diferentes problemas de salud y automedicarse puede provocar reacciones adversas. Esto se debe a que un medicamento puede reaccionar de manera diferente cuando se consume con otro medicamento.

Un gran problema con la automedicación es que desconocemos la dosis que debemos tomar.

Hay muy poca o casi ninguna conciencia sobre las consecuencias de la automedicación. Cuando nos sentimos mal o tenemos algún problema, es considerado un hábito normal utilizar medicamentos al azar y ni siquiera verificar la composición del medicamento sin conocer los efectos secundarios de estos en nuestro cuerpo. El hecho de que sea un hábito tan normal en nuestra sociedad hace con que mucha gente se automedique sin ir al médico.