Las terapias de medicina alternativa son cada vez más comunes en la sociedad donde vivimos. En artículos anteriores os hablábamos de si realmente las terapias alternativas son prácticas efectivas y de cómo guiarse a la hora de probarlas.

Pero quizás, tras conocer todas estas cuestiones, te hayas planteado:

Además de para personas adultas, ¿son las terapias alternativas también convenientes para nuestros hijos?

¿A quién debes consultar sobre las terapias alternativas más adecuadas para tu hijo?

Antes de nada, consúltalo con su pediatra. Infórmate sobre los riesgos y beneficios que estas terapias aportan a tu hijo, así como dosis y efectos recomendados en función de la práctica. Nunca decidas tomar las riendas por ti mismo antes de consultar a un especialista. Solo él conoce si realmente tu hijo la necesita.

Con el seguro de accidentes y terapias alternativas de MetLife (Plan Salud Alternativa), podrás encontrar profesionales expertos en terapias alternativas para ti y los tuyos que te informarán de todas tus dudas sobre el tema.

¿Qué beneficios tienen las terapias alternativas para los niños?

Las terapias alternativas pueden tener beneficios muy diversos, mejorando el nivel de vida de tus hijos. Se ha demostrado que pueden ayudar al desarrollo de la expresión corporal y mejorar las funciones cognitivas, potenciando la atención y concentración de los niños. Además, también proporcionan beneficios en el sistema neurológico, ayudándoles a relajarse.

Algunas prácticas también están pensadas para mejorar los sistemas inmunológico, circulatorio o digestivo.

¿Qué tipos de terapias alternativas están recomendadas para los niños?

Existe gran variedad de terapias alternativas que pueden realizarse para estimular la mente o para mejorar nuestro estado físico, como, por ejemplo:

  • Aromaterapia: Ayuda a generar una atmósfera relajada propiciando la relajación de nuestro pequeño a través de la relación de olores.
  • Masajes: Se deben adaptar a la edad y necesidades del niño. Estos le ayudarán a mejorar su coordinación motora y reaccionar más fácilmente al espacio que le rodea.

Ahora que ya sabes un poco más sobre el tema puedes empezar a pensar en probarlas. Recuerda que las terapias alternativas pueden ser una buena opción para tus hijos, pero siempre teniendo total conocimiento de la práctica y consultando previamente a su pediatra.