Estamos acostumbrados a llevar un ritmo de vida acelerado, a abarcar el mayor número de tareas posibles y a querer vivir de la manera más intensa. Vivimos con miedo al fracaso. Nuestra filosofía de vida debe cambiar y necesitamos adoptar una actitud más positiva frente a los pequeños problemas que nos suceden.

Una nueva investigación[1] determina que, si decidimos adoptar una actitud positiva, si somos capaces de experimentar buenas emociones, podemos reducir nuestros niveles de inflamación sistémica, lo que significa reducir el riesgo de patologías crónicas como la diabetes y las enfermedades de corazón.

Una evidencia está clara: todo aquello que ocurre en nuestra mente influye de manera directa en nuestro cuerpo. Si apostamos por una sonrisa permanente, por sonreír día a día, aunque en un primer momento podríamos sentirnos extraños, nuestro cerebro generará un proceso bioquímico que combina la dopamina y la endorfina, que sirven para explicar a nuestro cuerpo que todo va bien. De ahí, la importancia de la sonrisa para la confianza en nosotros mismos y para nuestra relación con los demás.

El bienestar psicológico, la positividad, no solo evita la aparición de enfermedades, sino que también es necesaria para aquellas que son incurables, ayudándonos a mejorar la calidad de vida en los momentos más difíciles.

Recordemos siempre que un optimista, ante las adversidades:

  • Nunca se da por vencido
  • Afronta los problemas con paciencia
  • Lleva hábitos saludables
  • Lucha por sus objetivos
  • Tiene una autoestima más fuerte
  • Aprende a manejar el estrés

 

 

 

Fuentes:

[1] Realizada por la Asociación Americana de Psicologí­a y publicada en la revista Emotion

http://www.labioguia.com/notas/ser-positivo-mejora-la-salud

http://www.hispantv.com/noticias/salud/345747/ser-positivo-beneficia-salud