Se acerca la Navidad, pero no viene sola. Aparecen también los compromisos sociales, las cenas navideñas, los regalos y gastos, los reencuentros con todos tus grupos de amigos, las reuniones familiares, las preparaciones y la decoración... Todo esto deriva, no solamente en un cansancio físico, sino también mental que desemboca, generalmente, en una situación de estrés.

El problema es que el estrés nos genera también síntomas físicos como el dolor de cabeza, molestias estomacales, dolores musculares e insomnio, al igual que pensamientos negativos o caídas del estado de ánimo.

Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar esta situación y disfrutar al máximo de esta época del año con los que más queremos? Pues aquí te dejamos algunas ideas:

Lo primero, ajusta las expectativas a la realidad, es decir, se consciente de qué es lo que puedes hacer o no durante la Navidad y, en base a eso, genera tus expectativas. De esta forma no habrá tantas decepciones ni estrés por intentar llegar a ese objetivo sino que serán esperanzas reales que es probable que consigas cumplir.

Lo segundo que te recomendamos es que priorices las tareas cuando tengas varias cosas que hacer. Esto por ejemplo puede darse cuando tienes varias cenas con grupos diferentes de amigos, conocidos y compañeros del trabajo, o cuando vas a tener que ir a comprar algunos regalos. Debes valorar qué es más importante y qué oportunidad sí vas a volver a tener o no, por tanto, deberás priorizar si es mejor aceptar el plan navideño con personas a las que hace tiempo que no ves, o si por lo contrario es más importante para ti ir al encuentro del trabajo.

El tercer punto a tener en cuenta es que reserves momentos para ti. Esto significa que hay que guardar algunos momentos para tus propias prioridades, para descansar o para pasar el rato con la familia, puesto que es algo que te dará tranquilidad y te permitirá despejarte.

Y, por último, algo que puedes empezar a hacer desde ya: planificar todo. Cuidado, porque planificar no significa tener todo controlado y si sale algo mal desanimarte, significa tener una previsión de todas las cosas que van a ocurrir y poder prever situaciones para solucionarlo. Por tanto, te recomendamos que tengas una planificación mensual de las navidades para organizar cuándo vas a ver a cada grupo, cuándo vas a poder dedicar tiempo a tus compromisos sociales y, por supuesto, qué tiempo te vas a dedicar a ti mismo y a tu familia.