¿Alguna vez te has sentido inundado por sentimientos de rabia, ansiedad o frustración después de un simple malentendido con otra persona? Encontronazos con amigos, familiares y colegas de trabajo nos acarrean muchas veces sentimientos de pesar que interceptan nuestros días, haciendo que no consigamos dar lo mejor de nosotros mismos.

A continuación te indicamos algunos comportamientos que te permitirán mejorar tu inteligencia emocional.

Gestionar y controlar los sentimientos de uno mismo y de los demás y utilizarlos como guía para el pensamiento y la acción es lo que denominamos Inteligencia Emocional; una valiosa cualidad que nos convierte en personas más capaces y dispuestas a afrontar los problemas que la vida nos presenta.

Según los autores del libro “Inteligencia Emocional 2.0”, Travis Bradberry y Jean Greaves, solamente el 36% de las personas consiguen identificar sus propias emociones. A partir de un estudio1 realizado con más de 500mil personas, los autores concluyen que el coeficiente emocional está relacionado al 58% del éxito profesional en cualquier área y que esta cualidad puede ser desarrollada mediante la práctica de algunas conductas.

Estas son algunas de las conductas que hemos seleccionado y que ayudarán a mejorar tu desempeño en cualquier entorno social:

Conócete a ti mismo:

¿Sabes identificar y justificar tus emociones en los diferentes contextos en los que te mueves? Observar la manera en la que nuestras emociones afectan a nuestras acciones, evaluar cómo de imparciales y justos somos, si somos consecuentes con lo que pensamos y lo que hacemos, nos ayudará a conocernos mejor a nosotros mismos y a moldear nuestras acciones sin ser completamente controlados por nuestras emociones. Estar abierto a críticas constructivas de amigos y colegas de trabajo te ayudará a ver aquellos defectos que no eres capaz de identificar en ti mismo.

 

Practica el autocontrol:

Evitar estallidos y respuestas sin meditarlas previamente, no dejarte llevar por sentimientos instantáneos, son prácticas que puedes incorporar a tu rutina con la seguridad de que traerán armonía a tu vida. Cuando estés ante una situación o persona conflictiva y te veas invadido por sentimientos negativos, deja pasar unos minutos o consúltalo con la almohada antes de dar una respuesta efusiva de la que te arrepientas minutos después. Los conflictos son pasajeros; dejarse llevar por sentimientos puntuales a flor de piel sólo servirá para traer más problemas a tu vida.

 

Sé optimista:

Personas con alta inteligencia emocional son siempre más optimistas que otras. No se abalan ante situaciones complicadas y afrontan los problemas con la certeza de que serán capaces de superarlos. Aprovechan los momentos difíciles para aprender y crecer personalmente y prestan atención a las buenas cualidades de las personas, en lugar de concentrarse únicamente en los defectos y juzgar de forma preconcebida. Tú eliges por qué ventana ver la vida, y cultivar este enfoque sólo traerá beneficios a tu vida.

 

Empatiza con las personas:

Lo que es importante para ti puede no serlo para la otra persona. Escuchar y considerar las emociones del otro y la situación en la que se encuentra, entender lo que está pensando y respetarlo sin cerrarse a una única posición, puede ayudarte en la resolución de problemas y búsqueda de soluciones.

Respetar espacios, momentos y deseos; controlar el tono de voz y la forma con la que te diriges a cada persona, dependiendo de su carácter y de la relación que tengas con ella, te ayudará a sacar provecho de tus relaciones, a abrir canales de comunicación y establecer sólidas relaciones de confianza.

 

Esfuérzate a la hora de comunicarte:

Potencializar las dotes de comunicación es un buen camino para desarrollar la inteligencia emocional. Además de la empatía a la hora de escuchar al otro, debes tener en cuenta con quien estás hablando y cuál es lenguaje que puedes usar con esa persona, cuáles son sus zonas de confort para no herir sensibilidades. Por ejemplo, no todas las personas tienen sentido del humor para aceptar las bromas, ni a todo el mundo le gusta que se le acerquen a la hora de hablar.

Cada persona es un mundo y debemos respetar las particularidades de cada uno. Muchas veces creemos que estamos lidiando con personas difíciles cuando en realidad no nos estamos acercando de la manera adecuada.

 

Sé asertivo en tu forma de expresarte:

Expresar directamente nuestras opiniones, sentimientos y derechos en el momento y de la forma más adecuada, sin resultar agresivo pero sin someterse a la voluntad de otras personas, es una habilidad rara que a todos nos cuesta mucho desarrollar. Dentro de la actividad profesional, la asertividad es una característica clave de personas que saben liderar y que tienen éxito en la toma de decisiones.

 

Fomenta la motivación:

Trabajar con determinación y en busca de resultados positivos es una cualidad de personas emocionalmente inteligentes. Con una alta dosis de motivación será mucho más probable que alcances tus sueños y objetivos. Si intentas controlar las distracciones y mantenerte confiado en que serás capaz de conseguir lo que te propones, tendrás la mitad del camino ganado.

 

 

 

[1] Bradberry, Travis; Greaves, Jean; “Inteligencia emocional 2.0: Estrategias para conocer y aumentar su coeficiente”, 2012.

Información adicional: Página Oficial de Daniel Goleman, autor del libro “Inteligencia Emocional”, 1995. (www.danielgoleman.info)