Los niños siempre quieren tomar azúcar y, en cierta medida, es bueno que lo tomen. Eso sí, es bueno consumir azúcar en su justa medida y siempre controlando los excesos.

Es importante conocer cuáles son las consecuencias de que los niños tomen demasiado azúcar para ser conscientes de la necesidad de una alimentación moderada y responsable:

En primer lugar: puede provocar diabetes y aumentar el colesterol además de subir la presión arterial afectando al corazón. Todos estos problemas constituyen dificultades para la salud y pueden ocasionar graves perjuicios en el niño llegando a la obesidad, a causa de la aportación calórica que tiene.

Por otra parte, a nivel psicológico, puede afectar al sistema nervioso generando hiperactividad y ansiedad, e incluso falta de atención y concentración. Además, un consumo excesivo de azúcar nos puede llevarles a tener impulsos violentos o conductas agresivas.

No nos podemos olvidar de algo igual de importante que hay que cuidar desde niños, la salud bucal: el azúcar puede provocar caries, que no solamente son dientes picados sino que puede constituir un potencial riesgo que termine haciendo necesaria la extracción de algún diente.

¿Sabes cómo puedes evitar que tu hijo consuma azúcar en exceso?

Evita consumirlos, suena evidente, ¿verdad? Sin embargo, tenemos muchas oportunidades para hacerlo. Por ejemplo, podemos sustituir las bebidas azucaradas por bebidas naturales o bebidas sin azúcar, o cambiar los postres azucarados por fruta o yogures no azucarados.

No combines platos azucarados, por ejemplo, desayunando un zumo con azúcar y una tarta azucarada, puesto que esto potencia el riesgo.

Intenta no utilizar el azúcar como medio: no debe ser una recompensa para los niños, pero tampoco un castigo ni una prohibición (puesto que lo verán como algo más atractivo aún).