Según los expertos, tres semanas son suficientes para adquirir un hábito siempre y cuando tenga algún valor importante para nosotros.

Durante la década de los 50, un reconocido cirujano de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, Maxwell Maltz, comenzó a darse cuenta de que sus pacientes  solo necesitaban 21 días para acostumbrarse a los cambios que sufrían en su cuerpo. Maltz señalaba que actuamos de acuerdo con la imagen que nos hemos formado de nosotros, por  tanto, si cambiamos dicha imagen sucederá lo mismo con nuestros hábitos. Se trata de una estimación, aunque no siempre implica que se logre incorporar un hábito nuevo.

Una de las formas con las que el cerebro gana en eficiencia es realizando repeticiones, tantas como sean necesarias hasta que se conviertan en automatismos, en acciones que realizamos sin pensar, por ejemplo porque las asociamos a algún momento del día.

 

¿Qué rutinas hay que seguir para adoptar un hábito?

1. Céntrate en un objetivo

Incorporar un hábito implica esfuerzo. Dependiendo de la magnitud de los mismos es posible que puedan acabar convirtiéndose en un reto. Debido a ello, es recomendable centrarnos en uno solo e ir viendo el avance.

 

2. Manten un control del avance durante los 21 días

La mejor forma de llegar al éxito deseado es repetir la acción tantas veces como sea necesaria y para ello se necesita mucha constancia. Por tanto, es muy importante llevar un registro activo y poder medir de manera cuantitativa nuestros avances.

 

3. Evalúa tus resultados

Si durante el periodo establecido has cumplido con tus objetivos, y consideras que la acción que deseabas incorporar a tu rutina ya no te supone ningún esfuerzo realizarla, podrás sentirte satisfecho, has alcanzado tu meta.

 

Fuentes: 

https://habitualmente.com/reglas-para-cambiar-de-habitos/

https://elpais.com/elpais/2014/12/16/buenavida/1418743679_996306.html