Vivimos en el mundo de la inmediatez. Nuestro estilo de vida acelerado nos hace convertirnos en personas tan exigentes que a veces nos lleva a perder la calma.

Por lo general nos altera esperar: esperar tu turno en el médico, esperar que llegue tu tren o esperar a esa persona con la que has quedado.

¿Y si aprendiéramos a disfrutar de esa espera? Ser paciente hoy en día es una virtud que nos aporta multitud de beneficios para nuestra salud:

  • Relajación: Nos ayuda a reducir el estrés y a contar hasta tres antes de tomar una decisión.
  • Calma: Generarás una atmosfera de tranquilidad, tanto en ti como en todo aquel que te rodea.
 

Para conseguirlo, te damos 6 consejos que te ayudarán a potenciar la paciencia:

1. ¿Qué te hace perder la paciencia?

Autoanalízate y piensa qué causa tu impaciencia. Para poner remedio es necesario tener una base y pensar en los objetivos que queremos conseguir.

 

2. Trabaja la aceptación:

Las cosas no son siempre como uno quiere y debemos aceptar que no tenemos el control sobre todo lo que pasa.

 

3. Disfruta del momento:

Busca entretenimiento mientras esperas: escucha música, lee un buen libro o simplemente dedícate a observar y disfrutar del entorno. Te ayudará mucho a controlar la impaciencia.

 

4. Busca el lado positivo de la espera:

Muchas veces una espera es el único momento del día que nos permite parar. Aprovéchalo para respirar.

 

5. Vive en el presente:

No intentes hacer todo a la vez o pensar siempre en qué pasaría si hubieses tomado una decisión diferente frente algún aspecto de tu vida. Actúa según la realidad y ten en cuenta que la impaciencia desespera.

 

6. Camina con los pies en la tierra:

No te hagas falsas ilusiones. Saber esperar es la clave para ser paciente. Por tanto, sé realista y espera lo justo de las personas o circunstancias para evitar impaciencias y desilusiones.

 

Si logramos ser pacientes nuestra calidad de vida mejorará significativamente y notaremos sus beneficios de forma rápida. ¿Te animas?