A algunos niños les gusta comer de todo, zanahorias, pimientos crudos y lechuga, mientras que a otros parece que solo le gustaran dulces, chocolates, pasta, arroz y pan. Intentar convencer a un niño quisquilloso para comer bien es una experiencia muy frustrante para muchos padres. Según los psicólogos este comportamiento en niños pequeños es normal y se designa como neofobia.

Los psicólogos consideran que la neofobia alimentaria es una etapa común del desarrollo infantil, que puede surgir por norma entre los dos y siete años y que el miedo a nuevos alimentos es en realidad una estrategia de supervivencia humana con el objetivo de protegernos de alimentos potencialmente peligrosos.

El principal problema para los padres es que justo los alimentos de los cuales los niños tienden a desconfiar son los más saludables. Las verduras, por ejemplo, que tienen una cierta amargura, para las papilas gustativas de los niños es bastante desagradable. Sabiendo esto, fíjate en la mirada en la cara de tu hijo la próxima vez que le des verduras y fíjate en su cara porque no tiene tanto que ver por el gusto sino por el miedo a lo desconocido.

 

Consejos para ayudar a tus hijos a superar la etapa de la neofobia alimentaria:

Según la investigadora Clare Llewellyn, de UCL (University College London), para ayudar a tus hijos a superar esta etapa de la neofobia alimentaria debes hacer lo siguiente:

  • Nunca uses alimentos como recompensa. Prometerle a un niño un helado si comen una ensalada, por ejemplo, solo hace que la comida que no les gusta les parezca todavía peor.
  • Come a la misma vez que tu hijo para que él pueda observarte comiendo la misma comida que tanto le disgusta. Verte comer el alimento que el percibe como peligroso, le ayudara a internalizar que es seguro.
  • Si tu hijo se niega a comer algo un día, vuelve a intentarlo al día siguiente. Según varios estudios, se necesitan 15 exposiciones en días consecutivos para que un niño pruebe un nuevo alimento.