Llegar a casa del trabajo y encontrarte con juguetes tirados, los platos por lavar y tu cama por hacer, puede ser muy estresante, sientes que por más que intentas organizar tu casa, el desorden siempre acaba volviendo. La única forma de resolver este problema y tener la casa siempre ordenada es desarrollando buenos hábitos entre toda la familia. No sirve de nada que tú seas muy ordenado si luego tu pareja o tus hijos no lo son. Ordenar la casa es una obligación de toda la familia, ya que para que todos puedan disfrutar de un hogar cómodo, todos deben participar en cuidar de la casa.

En este artículo te dejamos los 4 mejores trucos para ayudarte a ti y a tu familia a tener estos buenos hábitos y finalmente poder disfrutar de una casa siempre ordenada.

 

1. Deshazte de lo que no es esencial

Tener demasiadas cosas es la principal causa por la que no conseguimos tener la casa siempre ordenada. Cuantas más cosas tengas, más tendrás que guardar. Así que lo primero que debes hacer para conseguir mantener tu hogar ordenado, es deshacerte de todo lo que no necesites y solo ocupa espacio. Haz este ejercicio con tu familia para que todos sean conscientes de las cosas que realmente les sirven y de las cosas que no. Aprovecha esta oportunidad para vender lo que no necesites o donarlo.

 

2. Quita la silla que usas como perchero

La mayoría de la gente tiene una silla en su habitación que sirve de perchero improvisado, una silla en que tiras ropa que pruebas y decides no ponerte o simplemente la ropa que llevaste durante el día. Este es uno de los peores hábitos que te impide desarrollar comportamientos que generen orden.  Si eres culpable de este mal hábito, la solución es muy simple, quita la silla de tu habitación y oblígate a guardar cada pieza de ropa en su sitio.

 

3. Ordena las cosas inmediatamente después de utilizarlas

Ya sea quitar los platos de la mesa después de cenar o hacer la cama en cuanto te levantas, la clave para tener una casa siempre ordenada es la inmediatez. No esperes a que tengas ganas de hacer estas tareas, porque cuanto más lo pienses, más pereza te dará. Si no estás acostumbrado a hacerlo, este puede ser un hábito que te cueste más llevar a cabo, pero verás que con el tiempo ya será algo que haces automáticamente y ni te dará tiempo a pensar que te da pereza limpiar los platos o hacer la cama. Además, si tienes hijos pequeños, serán hábitos que ellos observarán y será mucho más fácil ayudarlos a desarrollar estos buenos hábitos de organización, si ven a sus padres poniéndolos en práctica desde pequeños.

 

4. Crea un calendario de tareas

La mejor forma de tener tu casa siempre ordenada, y no solo cuando te pones a limpiar y a organizar todo, es crear un horario de limpieza y rutinas para que los platos y la ropa sucia no tengan tiempo de amontonarse. Siéntate con tu familia para crear un plan que funcione para todos, por ejemplo, todos los lunes y jueves se lava la ropa, los martes y domingos se aspira la casa, etc…