Guardo con especial cariño el tirachinas que de manera artesanal hizo mi abuelo en el pueblo para mí. Cada verano, cada navidad y cada festivo escapábamos al pueblo con mi familia. Allí es donde he pasado los mejores años de mi infancia. Es una aldeíta situada en el norte de Palencia y como imaginaréis allí no jugábamos con juguetes, el juego era estar todo el día en la calle, jugando al pilla pilla en el monte, al escondite por todo el pueblo, al rescate, al burro… Cuando llegaba al pueblo lo primero que hacía es salir a la calle a buscar a mis amigos y con mi abuelo apenas pasaba tiempo. Él siempre me proponía planes para hacer juntos pero yo nunca quería.

Un día al llegar a casa de mi abuelo le descubrí en su garaje tallando madera. A mi abuelo le encantaba pasar las horas allí arreglando cosas, haciendo cachabas…. Cuando entré, me dijo “Julio, estoy terminando de hacer un juguete muy especial que disfrutarás mucho aquí en el pueblo”. Era un tirachinas!!! Al principio la idea no me entusiasmo pero pensé que podría ser un divertido subir al monte con mis amigos y jugar con el tirachinas.

Al día siguiente mi abuelo me despertó y me dijo “Julio, venga ya tengo terminado el tirachinas. Vístete y vamos a subir al monte y te enseño a utilizarlo”. Mi madre me convenció para que subiera con él aunque a mi me apetecía más estrenarlo con mis amigos. Tras una caminata llegamos a una zona del monte en la que se divisaba todo el pueblo. Mi abuelo coloco encima de una piedra varias latas y empezamos a tirar con el tirachinas.

Al principio no conseguía dar a ninguna lata pero poco a poco y con la ayuda de mi abuelito empecé a mejorar mi puntería. Cuando nos quisimos dar cuenta habían pasado más de tres horas y ahí seguíamos disfrutando juntos.

Este juguete que me hizo mi abuelo Enrique me ayudó a entender que también era divertido pasar horas con el y disfrutar juntos. Por esos recuerdos que me trae me gustaría que lo pudierais arreglar dado que le falta la goma que era de cuero y aunque ahora no lo utilizo, me gustaría guardarlo para cuando sea padre poder regalárselo a mi hijo.

 

Más historias aquí.