Es difícil decidirse por un solo juguete. Sin embargo, hubo un peluche que formó parte de mi vida de nena y de mayor hasta que me fui de casa de mis padres a buscar trabajo fuera de España y, entre mudanzas, se perdió.

Era un conejito de peluche que, cuando me lo regaló mi abuelo (al que conocí hasta mis 3 añitos), era más grande que yo.

El conejito iba vestido con un sombrero y una falda la mar de chulos, de esos que hoy los más modernos considerarían suficientemente ochenteros y molones como para ponérselo para ir al chiringuito de moda. Total, que a mi que era muy coqueta, me encantaban la faldita y el sombrero y me pasé los dos meses de vacaciones con mis padres en Cullera que no quería ponerme nada que no fuera eso. Mi madre, muy cuca ella, no sabía donde meterse con una niña con paquete, rizos, la mar de mona, ¡a la que no podía ponerle nada más que una faldita y un sombrero que pertenecían a un conejito de peluche! Yo, a su vez, que era muy práctica, vestía a mi amigo el conejito azul con toda mi ropa... :)

PS: Sólo he conseguido foto de mi con la faldita del peluche... pero no del conejito en cuestión.

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