Educar en igualdad de género es fundamental para conseguir una sociedad justa. Para ello, como padres, es fundamental educar desde el conocimiento, y no desde los prejuicios heredados.

Desde los juguetes que escogemos, hasta la ropa, estamos influyendo en nuestros hijos.

“La muñeca y la cocinita para la niña. El balón y el coche para el niño.

El rosa para la niña. El azul para el niño.”

El primer desafío a la hora de educar a los niños y niñas de la misma forma es la invisibilidad de las diferencias. Esos detalles que normalizamos por parecernos “de toda la vida”.

Aunque estemos considerando nuestras acciones positivas, ya que las hacemos desde el amor a nuestros hijos, es fácil que se nos escapen tratos desiguales. Hemos interiorizado a lo largo de nuestras vidas muchas actitudes que venían determinadas por el género.

“No te preocupes si él no me da un beso, los niños son más desapegados. Seguro que ella me lo da, las niñas son más cariñosas.”

Un ejercicio muy útil es el de observar cómo educamos a nuestros hijos desde el punto de vista de un antropólogo, un ser de otro planeta, para someternos a nuevos interrogantes que nos permitan encontrar aquellas diferencias que estamos haciendo:

“Así, fuerte, como un machote.

Muy bien, sentada como una señorita.”

¿A qué tenemos que prestar especial atención?

1. Evitar los roles

No hay cosas de niños, no hay cosas de niñas. Cada uno de ellos es único, y lo mejor es que puedan escoger. Como padres podemos orientarlos hacia todo lo que sea positivo, pero nada es “acorde a su género”.

Más del 50% de los estudiantes universitarios y postgrado son mujeres y sin embargo su presencia en carreras tecnológicas pocas veces supera el 15%. ¿Es una cuestión de capacidad? No, de educación.

 

2. Implicar a niños y niñas por igual en las tareas del hogar

Los niños absorben todo lo que ven. En casa deben sentir que tienen las mismas responsabilidades, y que su sexo no les impide hacer una u otra.

 

3. Desmontar etiquetas o chistes sexistas

Debemos tener una mayor conciencia del lenguaje que usamos y cómo lo usamos, fomentando el respeto. Es importante poder debatir y argumentar casos en los que nos encontremos con discriminación para que nuestros hijos sean más críticos.

 

4. Cuidar el uso de Internet y las redes sociales

El potencial de las nuevas tecnologías puede ser tan positivo como perjudicial. Pueden encontrarse con un escenario en el que se banalice a las chicas juzgándolas únicamente por su físico, y fomentando un perfil competitivo y violento en los chicos. Hablar abiertamente de temas que puedan buscar en Internet puede ser una buena manera de enfocar aquellos asuntos que les preocupan.

 

Fuentes:

https://www.youtube.com/watch?v=BXxD2BiA_OI Ana de Miguel, filósofa y feminista activista española. Desde el año 2005 es profesora Titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2016/01/26/son-las-mujeres-malas-para-las.html: ¿Por qué las mujeres tienen peores resultados en matemáticas?

http://www.serpadres.es/3-6-anos/educacion-desarrollo/articulo/148005-decalogo-para-educar-en-la-igualdad-de-genero