¿Cómo es tu relación con el dinero?

Nuestros pensamientos sobre el dinero están influidos por nuestras vivencias, experiencias y educación financiera que recibimos desde pequeños. Pensamos que administramos nuestro dinero de la mejor manera posible, pero es cierto que a veces generamos unos hábitos financieros más perjudiciales de lo que realmente deberíamos.

Si te sientes identificado con estas cuatro frases es señal de que tu relación con el dinero no es tan sana como te gustaría. ¡No te preocupes, tiene fácil solución! Todo es cuestión de actitud:

Te incomoda el concepto de “dinero” (hablar, mirar tu cuenta)

Si no te sientes cómodo cuando surge una conversación en torno al dinero o a los salarios o te asusta abrir tu cuenta bancaria para controlar tus gastos debes de aprender a quitarte esos miedos. Piensa que todos estamos en situaciones similares e intenta tratar el tema con naturalidad.

 

No tienes un planning organizado

Improvisas sobre qué hacer con tu dinero en función de las necesidades del momento. Sientes que a final de mes terminas en la misma situación financiera que el mes anterior y te cuesta mucho ahorrar. Apunta: La organización es la clave. Divide tu presupuesto mensual y destina un porcentaje a cada gasto. ¡Seguro que consigues ahorrar!

 

No usas tu dinero para disfrutar de lo que más te gusta

Tampoco puedes ceñirte a utilizar el dinero exclusivamente para tus obligaciones. También tienes que aprender a saber disfrutar de él y utilizarlo para hacer las cosas que realmente te gustan. ¡Date un capricho de vez en cuando a modo de recompensa por el trabajo bien hecho!

 

Te quejas más de lo que deberías

Lamentarte continuamente del poco dinero que tienes generará en ti un sentimiento de pesimismo y tristeza probablemente causado por una mala organización. El único perjudicado eres tú mismo por lo que solo de ti depende cambiarlo. ¡Deja de quejarte y empieza a actuar!

Para, analiza, piensa que es lo que quieres conseguir y cómo te vas a organizar y sobre todo no te obsesiones. No hay que olvidar que el dinero no lo es todo.