Una de las grandes virtudes del ser humano como especie es su capacidad de adaptación, que le ha permitido sobrevivir y prosperar, aunque las condiciones de su entorno cambien de forma radical. Por eso no es extraño que, ante la incertidumbre y los cambios generados por la pandemia, estemos cambiando nuestros comportamientos y revisando nuestras prioridades en diversos ámbitos.

 

Sobre el ahorro

En el plano económico, durante la pandemia el ahorro medio anual de los hogares ha aumentado hasta casi alcanzar el 15% de la renta disponible (incluso acercándose y superando un 20% durante algunos trimestres). Por comparar con años anteriores, en 2019 el ahorro familiar supuso sólo un exiguo 5,6% de la renta disponible.

Esta es una buena noticia, y más en un país como España en el que la cultura del ahorro está poco implantada. Sin embargo, y a pesar de este crecimiento, “el ahorro español sigue siendo muy bajo y más en comparación con el resto de hogares de la zona euro”. Así lo indicó María Isabel Cambón, subdirectora de coyuntura y Estabilidad Financiera en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en un encuentro organizado por el Observatorio del Ahorro Familiar hace un par de meses.

Durante el mismo panel de expertos, el profesor de Gestión de inversiones en la Harvard Business School Luís Viceira se refirió a la difícil situación actual para ahorradores. La baja demanda y el limitado poder adquisitivo, marcado por el poco crecimiento de los salarios y del empleo, son algunos de los factores que desaniman el ahorro, señaló el experto. Sin embargo, incrementar el ahorro es de gran relevancia, sobre todo de cara a nuestro futuro tras la jubilación. “No es razonable pensar que, ajustado por la inflación, el nivel de pensiones que promete el sistema de Seguridad Social vaya a ser el mismo dentro de treinta años", reflexionó. 

También se puso de manifiesto la necesidad de que las entidades aseguradoras y aquellas que ofrecen productos financieros de ahorro adapten su oferta a las necesidades de la sociedad. Y así poder ofrecer soluciones que incentiven el ahorro, y que eviten situaciones de precariedad económica.

 

Herramientas para mejorar la salud financiera

Los expertos destacaron asimismo la importancia de fomentar el ahorro mediante formación e información para evitar la reducción del nivel de ahorro de los hogares.

El Banco de España, por ejemplo, en colaboración con la CNMV y otras instituciones financieras, está desarrollando algunas iniciativas para mejorar los conocimientos financieros en la sociedad. Una de estas medidas es el Portal del Cliente Bancario, donde se explica a los inversores que quieran financiarse a qué condiciones se enfrentan.

En la misma línea, se está desarrollando una evaluación del programa de educación financiera puesto en marcha en los institutos ahora hace ya seis años, con chicos y chicas de 14 años en 77 centros de toda España. El objetivo es comprobar si la formación recibida se utiliza para tomar mejores decisiones personales en el ámbito financiero.